Como cantaban en aquella gran película de Michael Kurtiz titulada "Casablanca", el tiempo pasa. Y con él llega el final. Ayer llegó el final de la temporada 2008 de las excavaciones en Somosaguas. La verdad es que ha sido un año muy interesante, tanto en lo paleontológico como en lo geológico, con muchos fósiles encontrados y con algunos proyectos pendientes (ese contaje de granos...), pero que ha sido genial. Ya se han captado nuevos talentos para ser posibles miembros del GIIS y otros tantos que, aunque no los sean, nos han caído fenomenal, así que también ha sido una campaña positiva en cuanto a excavadores se refiere. No nos podemos quejar. Pero vayamos al grano, a lo que fue la tarde de ayer.
Tarde sin excavación. Al igual que al comienzo, donde todos los excavadores, monitores y demás gente éramos "explotados" para poner el toldo, ayer todo el mundo con alegría se dedicó a recoger el material y guardarlo en la caseta. Mientras unos guardaban y limpiaban herramientas otros nos dedicábamos a cubrir con tierra los grandes bloques que quedaron sin extraer en las cuadrículas, empezando por nuestro amado hueso primigenio, bloque que quedará en la cuadrícula para la posteridad, rememorando el momento en el que fue descubierto hace más de 10 años. Con él comenzó todo. Así, mientras lográbamos costosamente sacar arena seca de un montón de arena algo húmeda, la gente trabajaba felizmente recogiendo los trastos, mientras otra gente se dedicaba a hacer foticos del momento.
Después de eso, y con la puntualidad de un reloj, llegó la lluvia. Y digo puntualidad porque comenzó justo cuando acabamos de recoger todo, con lo que pudimos resguardarnos en los soportales de la facultad de sociología. Allí todos nos congregamos para comenzar la fiesta de todos los años. Mientras unos iban al pueblo a comprar los ingredientes necesarios para hacer los mojitos (o Somojitos, como bautizó Nieves) y la sangre (capricho de Perales), otros les esperábamos con impaciencia mientras jugábamos a las películas. Y en qué momento se nos ocurrió jugar a ese juego. La verdad es que las parejas venían que ni pintadas. Miriam y Blanca se consagraron como grandes jugadoras, muy imaginativas a la hora de interpretar y muy puñeteras a la hora de elegir película para que otros interpretasen (anda que "La mala educación"...). Después de ellas el otro gran grupo, modestia a parte, fuimos Sergio y yo. La verdad es que nos juntamos los dos más frikis del momento, y las películas que se nos ocurrían para hacer eran demasiado surrealistas (¿"Rapanui"? cómo narices se hace eso. ¿"Hace un millón de años"? Esa no la conoce ni su director). Y mientras me esmeraba en buscar pelis que conociese todo el mundo y no un selecto grupo de cinéfilos (entre los que me incluyo) hubo unas imitaciones para la posteridad, como "Brokeback Mountain" con Carlos y Juan o la de "Ace Ventura" por parte de Marta y Laura, sin comentar la de "los Cazafantsmas", con mi actuación estelar de Moquete. Como podéis ver, en Somosaguas a algunos se nos va un poco la cabeza.
Una vez llegaron los "conseguidores" con el alcohol y refrescos varios comenzó la fiesta. Los somojitos (marca de la casa, pues se sustituyó el azúcar moreno por cocacola) estaban ricos pero la sangre se terminó en seguida porque algunos nos ventilamos la fanta. Después de unas distendidas conversaciones, sobre arácnidos y demás bichos, frikadas varias y cotilleos de la facultad, entre otras cosas, un pequeño reducto nos fuimos a cenar a El Gallego 2 (al lado de El Gallego 3 pero sin noticias de El Gallego 1), restaurante en Plaza de la Remonta que, como su nombre indica, no sirven comida japonesa, precisamente. Todo muy rico y todo muy entretenido, conversando sobre cosas varias (la manifestación de arqueólogos no podía faltar), viendo minerales con inclusiones fluidas (ese cuarzo de Carlos), contando chistes (el chiste de los cocolitofóridos inventado por Raquel hizo furor) y haciendo fotos, todo como si estuviésemos en familia. Aunque en cierto modo sí lo estábamos. Era la familia de Somosaguas que, como otro año más, terminaba las excavaciones con gran armonía y buen royo, demostrando la buena salud de uno de los yacimientos más importantes de la comunidad. Aunque para nosotros seguramente sea el mejor del mundo. ¡Hasta el año que viene, Somosaguas!
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2 comentarios:
tu si que eres una intrusión!!,jeje....se dice inclusión ,chikitin
Uys, es que me emociono!!
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