Los últimos días de la campaña han estado llenos de momentos especiales.
El jueves recibimos la visita de un grupo de empresas convocadas por CEIM, que pudieron viajar 14 millones de años gracias a las explicaciones de Laura y Sole. Tras la charla, disfrutamos de un café en la Escuela de Gobierno y, para nuestra sorpresa, llegaron al yacimiento con sándwiches y zumos que supieron a gloria. Esa mañana también marcó la despedida de Álvaro, que se marcha de estancia junto a Emilia a Berlín. Les echaremos de menos, pero estamos seguras de que les irá fenomenal.
El calor ha seguido siendo el gran protagonista de la semana, y las carpas junto con los difusores de agua han seguido siendo nuestros mejores aliados para resistir las horas de excavación. Poco a poco hemos ido localizando algunos fósiles identificables y, a la vez, preparando las cuadrículas para tapar aquello que quedará pendiente para el próximo año (que, por suerte, ha sido muy poco).
Como no podía ser de otra manera, Somosaguas se ha despedido también con un toque de lluvia esta noche. Esta última mañana hemos tenido la suerte de encontrar seis dientes en apenas dos horas, un auténtico broche de oro para la campaña.
Con esto ponemos fin a dos semanas intensas, marcadas por el sol, el calor y el inconfundible sonido de las mazas. Gracias de corazón a todas y todos los estudiantes que habéis pasado por el yacimiento, a quienes habéis excavado por primera vez y a quienes habéis repetido. Ha sido una campaña estupenda, llena de trabajo, fósiles y también buenos momentos compartidos.
Nos despedimos con la ilusión de volver el año que viene, para seguir desenterrando historias de cómo era Madrid hace 14 millones de años.
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