El viernes pasado tuvimos una reunión varios integrantes del subgrupo de geología del EIIGPBS para encauzar un poco el próximo proyecto que afrontaremos todos juntos y en armonía. Se trata de continuar el proyecto que inició Pimen con el trabajo de las cuencas endorreicas que expuso hace un par de semanas. En un principio consiste en continuar analizando cuencas y más cuencas, muchas cuencas, siempre más, y compararlas con la de Madrid.
El trabajo lo llevaremos a cabo un selecto grupo de geólogos, entre los que estamos:
Carlos Pimentel: lógicamente, el comenzó el trabajo y lo continuará analizando más en profundidad algunas de las cuencas de su trabajo, como el Gran Lago Salado, y otras cuencas del resto del mundo.
Laura Chamorro: la única fémina del grupo se encargará de hacer un trabajo parecido al de Pimen, estudiando cuencas de su trabajo junto con otras, centrándose en la mineralogía.
Carlos Capilla: integrante del subgrupo de paleontología al que hemos acogido con los brazos abiertos. Se encargará de analizar cuencas del mundo (como no) desde un punto de vista tanto faunístico como climatológico. Es el paleontólogo del grupo, vamos. Pero antes deberá ponerse al día sobre el Mioceno de la Cuenca de Madrid, pues es uno de los iniciados de este año.
Ángel Enrique López: otro querubín del primer año que se encargará conmigo del análisis de cuencas desde una perspectiva sedimentológica y estructural. Al igual que Carlos deberá conocer primero la Cuenca de Madrid como base.
Daniel Romero: es decir, yo. Mi situación es especial. Como no expuse este año, por lo que no tengo trabajo del que partir y como sé como funciona la Cuenca de Madrid mi trabajo en el grupo es desde cero (desde 0,1 más bien), eligiendo las cuencas endorreicas que yo prefiera de entre todas las del globo, para luego, si tienen puntos de interés en comparación con la de Madrid, seguir con ellas o abandonarlas a su suerte en el caso contrario.
La primera impresión que me llevé a la hora de elegir una cuenca es que no sabía que había tantas en el mundo y uno no sabe por dónde empezar. Me decidí finalmente por el exotismo y me decanté por la del lago Eyre, en Australia, la cuenca endorreica más grande del mundo. Según lo que he leído hasta ahora (los abstracts de los artículos al buscar la bibliografía) el lago sólo ocupa una pequeña parte de la cuenca (ésta ocupa casi todo el país) y el poco agua que llega es por el monzón y a través pequeños canales efímeros (¡andá, como en Somo!). Otro dato esencial es que hay mucha bibliografía sobre el lago Eyre, pero están todos en inglés, así que voy a salir bilingüe al acabar el trabajo.
Como habréis podido notar, no es un trabajo corto precisamente. Requiere bastante tiempo, quizá todo el curso, y si nos lo curramos puede salir un muy interesante artículo, que incluso podría ser internacional (¡OH MY GOD!). Pero no creo que lleguemos a tanto... ¿o sí?
Imposible is nothing.
Os iré informando sobre los avances. Hasta la próxima.
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Hace 14 horas
1 comentario:
Muy ambicioso el tema... armáos de paciencia y no os agobiéis por la previsible lentitud de vuestros avances. Si en un año sólo habéis podido estudiar una o dos cuencas, imagináos cuanto podéis tardar para abarcar todas la cuencas endorréicas del mundo.
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