Debido a esas actividades, en el yacimiento eramos pocos los que habíamos quedado y nuevamente estabamos distribuidos básicamente en dos grupos: uno con la mandíbula del mastodonte y otro con la escápula. Pero aún así no hemos tenido tiempo de aburrirnos. Hoy también ha venido un grupo de escolares a visitar el yacimiento y nos han mantenido entretenidos con sus preguntas. Y les ha llamado la atención ver como un mastodonte también pasaba por la fase de perder los dientes de leche... igual que estaban muchos de ellos con sus boquitas medio desdentadas típicas de los 7 años.
Por la tarde la normalidad ha regresado y el yacimiento ha vuelto a su animación habitual. E incluso ha habido tiempo para varios duelos musicales entre sectores. No es que los excavadores se pusieran a cantar, sino más bien que pugnaban por elegir una música adecuada a sus gustos exquisitos (tarea que es casi siempre imposible dentro de un grupo de más de una persona).
Por la tarde la normalidad ha regresado y el yacimiento ha vuelto a su animación habitual. E incluso ha habido tiempo para varios duelos musicales entre sectores. No es que los excavadores se pusieran a cantar, sino más bien que pugnaban por elegir una música adecuada a sus gustos exquisitos (tarea que es casi siempre imposible dentro de un grupo de más de una persona).
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