Todos estamos ya muy familiarizados con la fauna que habitaba Somosaguas en el Mioceno medio, con sus grandes gonfoterios, rinocerontes, bóvidos, cérvidos, équidos, anficiónidos, úrsidos, félidos, mustélidos, insectívoros, roedores y un largo etcétera, y sin embargo, descuidamos bastante nuestra atención a la vida que aún habita los alrededores del yacimiento, y que con un poco de observación, se revela fascinante y diversa.

Si estáis haciendo las catas de geo, o vaciando los capazos, no es difícil encontrase alguna perdiz (Alectoris rufa), o ver en fugaz vuelo al pito real (Picus viridis) o al pico picapinos (Dendrocopos major).
Cerca de la rotonda y en los árboles a la sombra de la facultad se pueden ver numerosos pajarillos como el petirrojo (Erithacus rubecula), el verdecillo (Serinus serinus), el mirlo (Turdus merula) o los omnipresentes gorriones comunes (Passer domesticus), revoloteando junto a otras especies de mayor tamaño que también se alimentan en el suelo, como la paloma torcaz (Columba palumbus), o grajillas (Corvus monedula) y urracas (Pica pica).
Otros grupos de vertebrados no son tan fáciles de encontrar, pero con un poco de suerte también podremos encontrarnos de cuando en cuando con alguna lagartija (Lacertidae indet.).
Los mamíferos son escasos, y como no podía ser de otra forma, la práctica totalidad (a excepción de una especie de primate, que se torna muy abundante en ciertas fechas de mayo) son micromamíferos, destacando la presencia de los conejos (Oryctolagus cuniculus), aunque de cuando en cuando aparece alguna ardilla (Sciurus vulgaris).
Y esto ha sido todo, más o menos... la próxima vez, invertebrados!