Es un género muy exitoso en el Terciario europeo, llegando algunas especies de Prolagus a sobrevivir hasta tiempos históricos, como Prolagus sardus.
En el yacimiento de Somosaguas aparece Prolagus oeningensis.
La reconstrucción del animal parte de la información pictórica de restos craneales y postcraneales de la especie en cuestión.
Partiendo de esta información se procede a reconstruir el esqueleto del animal.
Vemos que son lagomorfos robustos y al parecer sus extremidades posteriores no estaban daptadas al salto como en liebres y conejos.
La apariencia externa, la distribucción de grasas y postura se basa, aparte de en la morfología inicialmente dada por los fosiles, en la información que podemos obtener de su pariente vivo más cercano, que es el actual género Ochotona.
El aspecto para la reconstrucción de la apariencia en vida se basa en el color de las actuales pikas de las zonas de oriente medio , si bien estos animales suelen habitar zonas montañosas y roquedales que les proporcionan su guarida. En algunos casos se ve relación entre el color del pelaje de la especie y el color de los minerales más abundantes de la zona. Por lo tanto se ha selecionado para la reconstrucción el color de los especímenes de ambientes secos como sería el medio en que vivirían en el Mioceno de Somosaguas.
Todos los dibujos que aparecen son obra de Marco Ansón