Lo prometido es deuda... Aquí tenéis el segundo texto publicado por la Revista Española de Paleontología en memoria de Nieves López Martínez.
El pasado quince de diciembre falleció Nieves López Martinez, catedrática del Departamento de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid. Me han pedido que escriba unas líneas sobre la que fue mi maestra, colega, compañera y amiga, y a pesar de la profunda tristeza que ahora siento lo voy a hacer como homenaje a su memoria.
Nieves trabajó en todos los campos de la Paleontología: Taxonomía, Sistemática, Tafonomía, Evolución, Paleobiogeografia, Biocronología, Bioestratigrafla. Era capaz de profundizar y destacar en cualquier temática que tocase. Su Currículum Vitae es verdaderamente impresionante no sólo por la calidad y cantidad de su producción científica sino también por su diversidad. Dirigió numerosos proyectos de investigación del Plan Nacional, diez Tesis Doctorales, más de veinte Tesinas, Diplomas de Estudios Avanzados y Tesis de Máster, publicó cerca de 200 artículos científicos y libros, y dirigía el grupo de Investigación de la UCM "Registro geológico de periodos críticos: factores paleoclimáticos y paleoambientalcs''. Durante años lideró el proyecto de excavación de Somosaguas que ha constituido una experiencia pedagógica novedosa y única en el ámbito de la Paleontología española. Ella fue la promotora y el alma del Doctorado, con mención de calidad, Interuniversitario de Paleontología en el que estaban implicadas tres de las Universidades públicas de Madrid (UCM, UAM y UAH). Dívulgó la Paleontología en todos los ámbitos y lugares, de forma especial en su amado Pirineo.
Aún recuerdo la impresión que Nieves me produjo, a mí y a todos mis compañeros, el primer día de clase; era la nueva profesora de Paleontología de Vertebrados y me dejó boquiabierta por su conocimiento, entusiasmo, inteligencia, capacidad de crítica y por lo divertida que era. De ella recibí las mejores lecciones en la Universidad. Una vez que la descubrí ya no podía pensar en dedicanne a ninguna otra cosa que no fuera estudiar los micromamíferos fósiles. Esto mismo les sucedió a muchos otros estudiantes de Geología y de Biología que quedaron fascinados por la capacidad intelectual de Nieves a lo largo de su magnífica carrera como docente y como investigadora.
Nieves era una persona de una curiosidad insaciable, intelectualmente muy inquieta e incisiva, y su conversación era apasionante. Siempre que necesitaba algún consejo terminaba en su despacho pidiéndole su opinión. No sé cuántas veces me apoyé en su hombro para desahogarme, pero sé que nunca me lo negó.
Hemos compartido muchísimos momentos que ahora se me agolpan rápidamente en la cabeza. Veo las fotos de los cuadernos de campo y recuerdo con mucho cariño y nostalgia las campañas de campo en el Duero y en el Pirineo; campañas en las que trabajábamos a un ritmo infernal y que siempre fueron muy productivas. Recuerdo muchas horas de conversaciones y discusiones con ella y con Rernmert sobre los temas más variados, los dos eran tan estimulantes e interesantes como polémicos y provocadores. A los dos les debo mucho de lo que soy, les debo tantas cosas y muchas risas.
Nieves era una de las personas más inteligentes y agudas que he conocido. Su capacidad de trabajo sólo era superada por su entusiasmo, desprendía una energía contagiosa y siempre estaba llena de ideas. Desgraciadamente ya no va a poder seguir desarrollándolas, sus alumnos tenemos el reto de cuidar su legado y de intentar seguir sus pasos.
La Universidad Complutense, la Facultad de Ciencias Geológicas y el Departamento de Paleontología de Madrid pierden a una gran docente e investigadora. Sus amigos perdemos a una excelente persona.
María Ángeles Álvarez Sierra
Departamento de Paleontología
Universidad Complutense de Madrid
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