Por desgracia, el viernes por la mañana tuvimos que cancelar la excavación debido a las lluvias. Es una pena que el clima haya decidido poner fin a nuestra campaña de este año un poco antes de lo previsto, pero así es la naturaleza: ¡impredecible hasta el último día!
A pesar de este cierre anticipado, echamos la vista atrás y no podemos evitar sonreír al recordar todo lo que hemos vivido y descubierto. Desde los primeros hallazgos, como los molares de Gomphotherium, hasta las pequeñas pero valiosas piezas de carnívoros y herbívoros que desenterramos con cuidado, cada día fue una nueva aventura.
Hemos trabajado codo a codo, bajo sol, nubes y, finalmente, lluvia. Nos han visitado estudiantes, periodistas y curiosos, compartiendo con nosotros la emoción de desenterrar fragmentos de un pasado lejano. Y cómo olvidar nuestras interminables charlas y los momentos de humor que hicieron más ligeras las jornadas más duras.
Aunque este año la lluvia nos haya despedido antes de tiempo, estamos más que satisfechos con los resultados y ya estamos pensando en lo que el próximo año nos traerá. ¡El 2025 será otro año lleno de descubrimientos!
Nos despedimos por ahora, pero seguiremos desenterrando la historia. ¡Nos vemos el año que viene en Somosaguas!
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