Un día más en el yacimiento paleontológico de Somosaguas. Amanecíamos con algo de fresco, el suficiente como para tener que llevar una sudadera de esas que habíamos dejado olvidadas en primavera. Pero el sol ha empezado pronto a pegar, lo que ha provocado en los excavadores una imperiosa necesidad de sombra, pegándose al sedimento no por los fósiles sino por lo fresquito que estaba.
El día de hoy ha transcurrido tranquilo. Los excavadores, ya algo más experimentados y asentados en el yacimiento, comienzan a distinguir mejor un hueso diluido de una calcreta, por muy difícil que nos lo pongan estas malditas.
Entre turno y turno, y con las puertas abiertas de los días 13 y 14 acercándose cada vez más, Iris y Sergio han aprovechado la tranquilidad para preparar algunas réplicas en escayola de dientes de algunos de los mamíferos que tenemos en el yacimiento. ¡En pocos días estarán en las casas de niñas y niños sedientos de fósiles!
El día ya iba terminando, y cuando ya pensábamos que no daba más de sí, una preciosa primera falange entera que en su momento perteneció a un rumiante de mediano tamaño ha aparecido. Esperamos que le fuese bien con ella a su dueño hace 14 millones de años...
¡Y esto ha sido todo por hoy! Mañana, si no salimos volando, más y mejor.
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