Pues ya en el segundo día de excavación se ha instalado la normalidad en el yacimiento. Los primeros fósiles van apareciendo y nuestras listas van incrementándose con diversidad de piezas. Como habitualmente, lo más abundante son las esquirlas y los fragmentos inidentificables. Pero eso no es óbice para que de vez en cuando aparezcan piezas de mayor interés. Y todavía estamos muy al comienzo de la campaña; todavía hay tiempo más que de sobra para que aparezca la pieza estrella de la temporada, esa mandíbula que todos deseamos, o un hueso apendicular en perfecto estado de conservación (un fémur, un húmero, ese radio que todos deseamos o, mejor aún, una tibia con su magnífica sección triangular...). Eso por no hablar del mítico cráneo completo que quizás algún día aparezca en el yacimiento... jajajaja (sí claro... es poco probable si tenemos en cuenta el origen del yacimiento).
Con respecto al ambientillo general, tenemos la habitual camaradería que va creciendo en el corazoncito de nuestros excavadores. Este año todo ayuda, desde el escaso número de excavadores de esta campaña hasta los vientos huracanados que de vez en cuando amenazan con tumbar el toldo maravilloso que nos protege de sol y lluvia (que llegará, tarde o temprano); ya se sabe que las comunidades humanas tienden a unirse ante el peligro. En estos primeros días las conversaciones todavía parecen monopolizadas por los encargados de la excavación, pero los alumnos se van adaptando al trabajo y pronto llegará el momento en que se suelten la melena y comiencen a amenizar las jornadas con su particular (y rejuvenecida) visión del mundo. Ya os informaremos de las conversaciones más interesantes (de momento nadie ha empezado a "espoilear" los últimos capítulos de Juego de Tronos, pero todo llegará).
La Crónica continúa...
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