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¿A dónde vais? – pregunta la chica de la
compañía de alquiler de coches.
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A Granada – respondemos nosotros.
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Ah, a Sierra Nevada, ¿verdad?
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No, a un congreso.
La muchacha nos echa una
mirada de incredulidad. “¿Estos cuatro
tipejos son el futuro de este país?” pensó ella. “Menos mal que no la dijimos
que era un congreso de paleontología”, pensé yo. Y con el coche alquilado, el
Granada Mix 2013 a punto y la bolsa de Cheetos sabor barbacoa a mano, Pablo
Font, Angelillo, Chechu y un servidor nos disponemos a viajar a Atarfe,
Granada, para acudir al XI Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología.
De los cuatro sólo expongo yo. Los demás vienen por las drogas.
Episodio 1: de
retrasos y cagadas.
Después de 5 horas de viaje al
ritmo de Los Gandules, Mojinos y demás grupos de freak-metal llegamos finalmente
a Atarfe, nuestro destino. La ciudad nos recibe con cerca de 35º C de
temperatura y con un sol radiante, algo que a un segoviano como Pablo no le
agrada nada, aunque la visión de Sierra Nevada cubierta de un manto blanco le
recordó al frío polar de su amada tierra.
Para Pablo, ahí arriba hace calor |
Acomodados y elegidas ya las
camas con una sorprendente tranquilidad (se esperaba una cruenta pelea por
elegir nuestros catres) volvemos al Centro Cultural para el piscolabis de bienvenida
cuando ocurrió algo antológico: de pronto noté un impacto seco en la cocorota y
temiéndome lo peor comprobé efectivamente cómo un ave indeterminada había
defecado sobre mi negra cabellera. Cundió el pánico. ¿Cómo voy a ir a una cena
oficial con un cagardo en la cabeza? En un primer momento pensé que sería un
puntazo ir a una cena de bienvenida de un congreso paleontológico diciendo que
un dinosaurio me ha cagado en el pelo, pero luego recapacité y decidí regresar
al hotel a lavarme.
Solucionado el entuerto y saqueando todo lo
que había sobre la mesa (sólo había comido un bocata en todo el día) vi que la
gente empezaba a llegar poco a poco: Alex y J, que habían venido con sus
respectivas amantes, al igual que David; así como algunas personillas más como
Ernaud y demás representantes del EIIGPBS, acompañados de algunos de los
personajes más entrañables y carismáticos del panorama científico español, como
Adri, Irene, Juan, Blanca… O Eloy. Aunque a Eloy el término entrañable no le
pega mucho.
El futuro de la paleontología española |
Terminada la cerveza empezamos
a dispersarnos buscando más cantidad de ese dorado brebaje. Fue entonces cuando
descubrimos que seguíamos echando en falta a gente, con el consiguiente
problema de que no quedaran alojamientos para todos. Y esto es lo que le pasó a
Iris y su compañera Noelia. “No puezé, no puezé” repetía una y otra vez nuestro
apreciado recepcionista. Y esta vez “no podía zé” de verdad. Ni la mediación
del carismático Pablo Font y su don de gentes pudieron hacer nada. Pero
entonces vino una solución inusitada: las dos muchachas acabaron siendo
alojadas en un apartamento para ellas solas. ¡Ya teníamos un piso para irnos de
fiesta! Pero somos científicos y vivimos todo el tiempo encerrados en nuestro
cuarto delante del ordenador estudiando la filogenia de distintos roedores del
Mioceno, así que no iba a pasar nada… al menos en ese piso.
Eloy dándolo todo vol. 1 |