Nuestra primera parada fue en Las Canteras, al lado de un restaurante de igual nombre, donde Pablo nos contó que era el mismo sitio donde fue con la salida de Petrología Ígnea, por lo que nos fue más fácil encontrar los materiales. Mientras tanto unos helicópteros sobrevolaban la zona, por lo que empezamos con lo de que en ese sitio no se podía picar, aunque a Pablo nada le detiene cuando tiene un martillo en la mano. Ya en el coche, Dani se dio cuenta de que el cristal delantero del coche estaba muy sucio, y saco agua y un bañador para limpiarlo (sí habéis leído bien, un bañador!!). También se le ocurrió limpiar el cristal por dentro, y cuando vimos que lo único que estaba consiguiendo era dejarlo más sucio, le suplicamos que parara. Aquí una bella imagen del momento.
Ya de camino a Cerceda, y con algo más de visibilidad por la limpieza de los cristales, Dani nos deleitó de nuevo con su música, diciendo cada dos por tres que le encantaba la voz del cantante y con una mano al volante y la otra tocando la guitarra. La opinión de Esther sobre la música era algo diferente ya que dijo que parecía que estaba vomitando el cantante. Pero al rato Dani nos puso otro disco con una canción indescriptible y de repente nos pusimos todos a bailar (“Tu y yo nunca nos hacemos sufrir”, etc etc). Hay que añadir, que como no sabíamos muy bien el camino, Dani acabó dando dos vueltas a todas las rotondas para estar realmente seguro de donde ir (nos dijo que esto era algo que hacía habitualmente).
Entramos en Cerceda, donde debíamos encontrar una calle que nos dejara cerca del río, por lo que Pablo (copiloto) y Dani (piloto) decidieron meterse por una calle que estaba medio en obras donde nos esperaba una gran sorpresa: miles de alcantarillas en relieve, algunas de ellas con escasos centímetros de separación que debíamos esquivar por que encima el coche de Dani no era muy alto y nos lo podíamos cargar. Pero conseguimos salir vivos!!!
Tras Cerceda nos fuimos a la Pedriza (Cantocochino), donde no se puede usar el pico, aunque Pablo diga lo contrario. Teníamos que andar durante unos tres cuartos de hora para llegar a la charca verde, donde afloraban los materiales que queríamos ver. Pero como de camino no hacíamos más que pararnos a recoger muestras del río (porque todo nos gustaba y nos hicimos varias fotos), llegó un momento en el que ya estábamos muertos de hambre y nos sabíamos muy bien cuanto nos quedaba de camino, porque debíamos llevar mas de una hora y no se veía la charca verde por ningún lado. Por lo que decidimos seguir un poco más y si no la encontrábamos, comíamos y nos volvíamos al coche. Según subíamos vimos a una chica que parecía estar haciendo topless, y al acercarnos Esther se puso indignadísima porque la chica era nudista. Al momento la chica se levantó y se empezó a vestir; mientras estábamos todos riéndonos y diciéndole a Esther que la había espantado.
Y por fin llegamos a la charca, una zona preciosa con cascadas, pozas y una especie de toboganes que nos hicieron a todos echar de menos el bañador, aunque fuese el bañador ese de Dani que sirve de paño de cristales. Después de una sesión de fotos, nos sentamos agotados a comer.
Durante la comida, uno de los temas de conversación fue sobre los pearcings y las dilataciones, y ya podéis imaginar a donde conduce este tipo de conversaciones cuando hay mentes geológicas perversas. En fin, después del descanso decidimos volver por un caminillo que iba por encima del río, donde nos cruzamos con un chico que estaba de muy buen ver, y no recuerdo muy bien porqué pero Esther nos acabó diciendo que ella era la perra alfa (supongo que queriendo decir que ella era la que mandaba allí, pero ya se sabe…).
Antes de subir al coche, fuimos al bar que había en el aparcamiento a tomarnos un helado que venía con pistola de agua incorporada ¿o era una espada láser?
Más tarde nos fuimos hacia Bustarviejo. Primero paramos en una especie de ladera, donde casi nos matamos por coger gneises, biotitas y cuarzos. Esta vez era la cara Sur del K2, a este paso nos hacemos los 14 ocho miles...
Después hicimos una segunda parada en un sitio donde había una mina de plata, pero cuando descubrimos que sólo se podía visitar por fuera y que no íbamos a poder robar una muestra del sondeo con plata, nos fuimos. Como había una fuente cerca, y ya no nos quedaba casi agua, cogimos de nuevo el coche y a Dani se le fue muchísimo la cabeza y empezó a derrapar y fliparse un montón, seguramente por eso de que comparte apellido con Fernando Alonso. Ya en la fuente, había dos Guardias Civiles echándoles la bronca a dos chicos, pero aunque intentamos acercar la oreja, no nos enteramos de nada y no era cuestión de parase allí con los martillos colgando de nuestras cinturas.
De camino al Molar, Pablo le dijo a Dani que parara en un sitio cerca de Cotos de Monterrey donde al fin encontramos los esquistos que aparecían en el Magna pero que ya pensábamos que se las habían inventado, y unas moscovitas preciosas. De paso aprovechamos y Omid nos hizo la foto oficial de Seditour III.
Atención a la foto, que Pablo decidió combinar la camiseta del JMJ con el pico de geólogo.
Ya para finalizar la salida, fuimos al Molar, pero antes de llegar vimos el cartel de un pueblo que se llamaba Pedrezuela, y alguno dijo “Anda, eso suena a: esa es una pedrezuela…”. En el Molar, nos dimos cuenta de que “la falla del Molar mola”, por lo que recogimos buena cantidad de muestras y nos hicimos las últimas fotos del viaje.
La vuelta a Madrid fue un show, porque Dani volvió a poner nuestra canción oficial unas cuantas veces, pero bajando las ventanillas y subiendo el volumen al máximo. Así que nos volvimos locos y nos pusimos a bailar de nuevo pero muy motivados, y mucha gente se nos quedaba mirando, no se porqué...
Continuará….
je je je aunque parecía que no podríamos superar la primera parte del seditour creo que no solo en cantidad de muestras y aprendizaje lo hemos superado si no que tambien en lo mucho que nos reimos... en fin, a ver que tal la próxima!!!
ResponderEliminarrealmente no di dos, si recordáis, di tres
ResponderEliminarjajaj