Hoy se continuó por la mañana (y se terminó) con el lavado de sedimentos procedentes de Húmera. Esperamos que Juanan y María obtengan una buena cantidad de restos de micromamíferos cuando trien el concentrado que se ha obtenido.
Mientras, en la cuadrícula se continuaban excavando y ubicando las últimas esquirlas (perdón, fragmentos de hueso indet... indeterminados -o incluso indeterminables-) de la campaña. Este año hemos llegado a superar los 600 fósiles extraidos (juntando la Cata-2 con el yacimiento principal), lo cual es todo un record en nuestro yacimiento. Números como esos sólo se han alcanzado en los años de mejor tiempo atmosférico (que influye mucho sobre las horas de trabajo que se pueden invertir y, por tanto, en el número de fósiles que se pueden extraer).
Por la tarde, Laura y Blanca no quisieron dejar de experimentar una técnica de excavación que ha dado muy buenos resultados en otros yacimientos, pero que nunca se había aplicado a Somosaguas. Se trata de la extracción "limpia" de los huesos, una técnica que ellas han aprendido en sus múltiples campañas en los magníficos yacimientos de Cerro de los Batallones. La historia consiste en descubrir al máximo el fósil y engasarlo; de esta manera se logra proteger el fósil antes de separarlo del sedimento por la única parte basal (muy reducida) que lo une al mismo. Sin embargo, esta técnica requiere que los fósiles estén en un buen estado de conservación, y por eso no había sido nunca aplicada en el yacimiento de Somosaguas-Norte. Pues bien, nuestras dos increibles encargadas de cuadrícula se habían propuesto que era algo que debía poderse aplicar también en Somosaguas, y lo han logrado. El objeto de experimentación fue una costilla que se había encontrado hacía pocos días y que tenía un estado de conservación intermendio. Con el levantamiento impecable de esa costilla es posible que hayan inaugurado una nueva etapa dentro de las campañas de excavación en Somosaguas. Puede que no volvamos a ver las gigantescas "momias" (bloques) que hemos visto tan habitualmente hasta ahora. Esto supondrá un ahorro considerable de espacio de almacenamiento en los sótanos de la facultad...
Una vez realizada semejante proeza, ya se pudo limpiar todo el yacimiento y empezar con las tareas de recogida de cachibaches y bajada de toldo. Mientras el grupo más mayoritario nos dedicamos a lo segundo, Blanca y Laura estuvieron organizando el material de la excavación para que no ocupe tanto espacio y para que el traslado de las cosas a la facultad se realizase de la manera más eficiente. Aquí tenéis algunas instantaneas de la recogida del toldo.
Finalmente, se procedió a cubrir los huesos que todavía quedaron en el yacimiento (principalmente el húmero de mastodonte juvenil que cada año sirve de atractor para nuestros visitantes) con la finalidad de protegerlos de las inclemencias del tiempo hasta el año que viene. Para ello fue necesario crear una cadena de transporte de sedimentos desde la escombrera hasta el yacimiento.
La Crónica continúa...
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Kitín Muñoz, barca de totora, "Kon-Tiki".