El mejor resto postcraneal de la historia... de Somosaguas

Bien, pues retomando la entrada de Manuel, que el viernes estaba muy contento porque se encontró en la Cata-2 (o como la llamamos familiarmente, Cata Bananas) un molar de Anchitherium, me corresponde el honor de dar el NOTICIÓN SOMOSAGÜENSE DEL AÑO.

El domingo nuestro querido colaborador y excavador profesional donde los haya, Enrique Cantero, encontró el que ya se ha determinado como el mejor resto de elemento postcraneal de la historia de Somosaguas. Se trata de un magnífico ejemplar de hemipelvis de Anchitherium que conserva, en un estado casi perfecto, el ilion y el pubis, y un poco peor el isquion por encontrarse éste justo en el límite con la calcreta del nivel superior de la cata (quizás un paleosuelo que contribuyó a la degradación del hueso durante las primeras fases de la fosilización, aunque también hay quién opina que se estas calcretas se formaron en fases muy posteriores a la deposición de los sedimentos).

Cuando apareció y vimos que se trataba de un resto grande (huesarro en términos coloquiales), los que estábamos en la cata con Enrique nos pusimos muy contentos y verdes de envidia a la vez, y empezaron las especulaciones porque sólo se veía lo que luego identificamos como parte del cuello ilíaco y parte del acetábulo (el agujero donde se inserta la cabeza del fémur): que si votos a favor de cráneo (sí, sí, sí!!!! todos menos yo), que si votos a favor de pelvis (sólo yo, que como estudio postcraneal y estoy harta de que el protagonismo se lo lleven siempre los cráneos y las mandíbulas, tenía una fe infinita en que aquello fuera una pelvis), incluso hubo quién echó la quiniela en plan…un húmero?

Pues así pasaron las horas y poco a poco las manos expertas de Enrique iban descubriendo a nuestros ojos más y más hueso, hasta que mis ilusiones se materializaron y quedó claro que era una pelvis (hurra!!!). Pero no de rumiante, que es lo que me habría gustado porque nos habría venido muy bien para el trabajo que actualmente estamos llevando a cabo Daniel Hontecillas (alumno de 3er curso de Geología) y yo sobre dimorfismo sexual en rumiantes. Aún así, era tan bella que maravillaba a todos cuantos se acercaban a la cata para verla.

Tengo que hacer un apunte en este punto para explicar la rareza a la hora de encontrar este hueso en los yacimientos y por qué ésta que hemos encontrado es especialmente importante. La pelvis es, en términos absolutos, el hueso más voluminoso del cuerpo, sólo parecido al cráneo en cuanto a tridimensionalidad pero, a diferencia de éste, no es una estructura “cerrada” que puede soportar mejor las presiones y el aplastamiento. La forma de U que presenta, unida a la debilidad de la sínfisis (el punto de unión o sutura entre ambas hemipelvis) hace que sea uno de los primeros huesos en fracturarse, lo que facilita su transporte y/o la erosión de sus bordes o la fractura de las alas ilíacas, planas y delgadas respecto a otras partes como el isquion o el pubis. Además, si el hueso “entero” es frágil frente a la exposición subaérea o al enterramiento, no lo es menos cuando se fractura por la mitad, ya que cada una de las hemipelvis siguen siendo largas y muy tridimensionales, es decir, poco estables mecánicamente y poco resistentes a la presión. Es por ésto por lo que los restos de pelvis en yacimientos paleontológicos son bastante inusuales y por lo que estamos tan contentos de haber encontrado una en tan buen estado. Pero por otro lado está el tema tafonómico, ya que la posición que presenta es muy interesante porque está casi vertical, lo que concuerda con los estudios sobre paleoambiente hechos en Somosaguas (facies de abanicos distales, fluidos newtonianos, etc... ver aquí).

A última hora de la tarde se procedió al engasado del fósil para su correcta preservación en el momento de la extracción del bloque.


Y ahora que ya sabéis algo más de este fantástico hueso, os dejo con la incógnita (de momento): ¿será una pelvis completa lo que hemos encontrado o sólo la mitad? Continuará…

Gem (algún día aprenderé a colocar entradas como mandan los cánones, con mi cuenta y eso...)

La Crónica continúa...